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Resfrío.

Habían pasado una semana completa desde que Jungkook y Jimin se vieron por accidente en el hotel. Una semana en la que no sabían del otro. Por más mensajes que escribían para saber como estaban, no se atrevían a enviarlo.

Jungkook pasó esa semana metido en su trabajo, rechazó las invitaciones a embrigarse con sus dos mejores amigos. Buscaba la manera de distraerse y no pensar tanto en el chico de rizos.

Quería llamarlo y decirle que se vieran nada más para tener intimidad pero ni siquiera quería hacer solo eso. La última vez que se vieron, se sintió tan cómodo charlando con él que ahora piensa que escuchar al rizado hablar sobre sus sueños es algo que el amaría oír cada tarde y eso solo provocó que no tuviera el valor de escribirle.

Cada día que pasaba se asustaba más por el hecho de que quiere ver a Jimin pero no envuelto en sábanas, quiere verlo y conversar con él porque le parece interesante y eso solo complica más las cosas.

Se siente frustrado, confundido, él siempre ha sabido manejar sus sentimientos. Es decir, cada vez que ha follado con alguien, siempre ha sabido controlar sus emociones, no vuelve a verlos para evitar que las cosas avancen.

No sabe porqué con Jimin ha sido diferente desde el día uno.

Ahora siente que está perdiendo, necesita poder usar a Jimin para aburrirse lo más rápido posible. Necesita dejarlo de una vez por todas y así poder continuar con su rutina de estar de hombre en hombre.

Ni siquiera ha podido estar con otros, desde que conoció al rizado, no se ha atrevido a tocar o ver el cuerpo de alguien más. Siente que nadie es capaz de superar en belleza a Jimin.

Estaba en su oficina como de costumbre, toda la semana se la pasó ahí, apenas llegaba a su casa a bañarse y vestirse. Regresaba y se quedaba encerrado en su oficina, tenía que trabajar para mantener sus pensamientos ocupados y aunque a veces todo iba a dar a esa sonrisa con hoyuelos, no permitía que se le pasaran las horas solo en imaginarlo.

Había acabado varios de sus pendientes, hasta inició a revisar algunos documentos previstos para dentro de dos semanas.

Era lunes, así que el día se sentía aún más pesado. Estaba en su escritorio revisando unos correos cuando la puerta de su oficina fue abierta. Estaba por reclamar pero nuevamente el rostro de su más bello ángel estaba ahí.

—Mamá —suspiró y se levantó para poder abrazar a su madre—. ¿Jin de nuevo? —preguntó volteando sus ojos.

—Esta vez fue Namjoon, dime —respondió sonriéndole—. ¿Qué pasa? —preguntó siendo directa.

—Solo tengo mucho trabajo —se excusó.

—Hanna dijo que solo llegas a bañarte, ni siquiera has comido o dormido en tu casa.

—Tenía muchas cosas acumuladas madre —contestó mientras regresaba a su escritorio.

—¿Sentimentales? —cuestionó sentándose en el sillón de la oficina.

—¿Qué? ¡Claro que no! Sabes que eso no va conmigo.

—Soy tu madre no se te olvide, conozco todas tus facetas mi pequeño Kook.

—Es solo trabajo —repitió evitando mirar a los ojos a su progenitora.

—Bien, no deberías de cerrarte a lo que sientes con "solo trabajo" —habló con sarcasmo usando las comillas con sus dedos.

—Ya te dije que...

—Si, por eso, si te sientes estresado con el trabajo, toma un descanso, los días que necesites, estoy segura que Namjoon y Jin harán un buen trabajo si los dejas a cargo de la empresa, además si es lo contrario, si tu trabajo te genera sentimientos positivos deberías de aferrarte a ellos, ¿no lo crees?

Jungkook solo escuchaba atentamente. Por supuesto que no puede mentirle a su madre pero aún no está listo para decirle que ha estado follando con muchos hombres y que hace una semana y tres días conoció a alguien quien no ha dejado su mente desde entonces.

—Puede que me tome unos días, quizás solo necesito vacaciones con mi mamá en nuestra casa, ¿qué dices? ¿Vendrías conmigo a Busan?

Tenía que planificar muy bien sus días libres, ya que hace mucho tiempo no lo hacía y honestamente no sabe si eso sea la mejor opción ahora mismo.

—Por supuesto que si, jamás te dejaría solo, lo sabes y ya que quieres regresar, es tu oportunidad de leer las palabras de tu padre.

—Paso a paso mamá, paso a paso.

Jungkook tenía miedo de leer la carta de su padre, miedo porque teme haberlo decepcionado aunque ya no esté físicamente.

La fecha que le ha afectado durante estos dos años estaba a la vuelta de la esquina, en tan solo tres días se cumplirían dos años exactamente en los que se enteró que su padre había dejado una carta en su nombre, la cual no se ha atrevido a leer.

Y es que a veces se siente tan culpable de que su padre ya no esté, que tiene temor de leer eso en ese pedazo de papel. Leerlo viniendo de él directamente es algo que quizás no pueda soportar.

Jeon Jungkook desde su niñez ha sido alguien amado por sus padres, totalmente planeado. Sus padres siempre habían deseado un varón en su familia y para su buena suerte, su único retoño salió siendo un niño muy hermoso.

Claramente que según iba creciendo, ellos querían que conociera al amor de su vida, lo que esperaban siempre a una buena mujer entrar a su casa de la mano de su único hijo.

Pero el castaño tenía otros intereses, tenía otros planes para su vida apesar de solo tener dieciocho años.

Para Jungkook recordar esa etapa de su vida es como hundirse en el vacío, oscuro y frío.

Aún recuerda todo lo sucedido y a detalle.

✧✦✧

—¿Sabes algo? He sido tu mejor amigo desde que tenemos siete años, ¿en serio piensas que voy a creer que estás enfermo?

—Taehyung, solo estoy resfriado, ¿bien? No sucede nada —respondió desde su cama, tapándose con las sábanas.

Era lunes y muy temprano, lo único que quería era seguir acostado en su suave cama.

—Tus ojos hinchados y tus ojeras dicen otra cosa.

—Es solo gripe, alergia, un resfrío ya te dije.

Durante toda la semana que no supo de Jungkook se había sentido un poco apagado. Había algo que lo hacía sentir como si el frío fuese parte de su cuerpo, tal vez solo extrañaba el calor de un cuerpo, el calor de alguien que no necesariamente tenía que ser Jungkook.

Pensó que quizás debía volver a sus noches de estar en un bar, coquetear descaradamente e irse a follar a donde sea con tal de sentir que le gusta a alguien siquiera para tener sexo.

—¿El no bañarte también es por eso?

—No tengo ganas.

Taehyung no le creía, pero quería nuevamente darle espacio. No lo iba a presionar, sabía que su mejor amigo podía ser demasiado sensible, así que solo trataría de demostrarle que está ahí para él.

—De acuerdo, ¿ya tomaste algún medicamento? ¿Necesitas qué cocine otra sopa como la de estos días?

—No tengo hambre pero estaría bien, gracias Tae.

El rizado quería ser honesto con su mejor amigo, pero sabía que Kim le pediría dejar de ver a Jungkook y es algo que no quiere hacer. Necesita ver al ojiazul aunque sea unas horas, quiere verlo.

Revisaba su celular deseando ver un mensaje de Jungkook pero simplemente no recibía nada.

Estaba molesto consigo mismo, ya que, comenzaba a estar pendiente de alguien más, estaba tirado en su cama esperando ser tomado por el mayor. No quería estar con nadie más que no fuera con el hombre que conoció en un baño de un bar. Pensó que solo estaba siendo caprichoso.

Estaba pensando nuevamente en Jungkook pero su mejor amigo hizo que regresara a su realidad.

—¿Qué harás con Jeonghan?

—Ignorarlo, es un idiota.

—Trabajan en el mismo restaurante Minnie, así que quiero que me llames cualquier cosa, ¿bien?

—No va a seguir molestando, además hoy no puedo faltar al trabajo, ya lo hice toda la semana y debo pagarle a Alice por cubrirme.

—Lo sé, ve a ducharte, la sopa ya casi está lista.

—Gracias Tae.

Como pudo se levantó y se duchó, se vistió, guardó su uniforme en otro bolso y bajó para tomarse el caldo que le había hecho su mejor amigo. Taehyung lo hacía sentir muy bien.

—¿A qué hora vas a regresar? ¿Quieres que vaya por ti?

—Es indefinido hoy, unos ejecutivos reservaron el lugar esta noche, así que estaré hasta que ellos decidan irse.

—Odio cuando hacen eso, a veces se aprovechan y a ustedes les toca trabajar hasta en la madrugada sirviéndoles tragos y comida porque decidieron hablar de negocios y mujeres en una cena.

—Bueno, pagan bien. Recuerda que por eso elegí trabajar ahí, porque es exclusivo y llegan mucha gente de dinero y muy guapos.

—Si pero no has follado con alguien de ahí.

—Bueno, nadie quiere verme después de haber sabido que soy su camarero.

—Tu déjalos, ellos se lo pierden.

El rizado solo sonrió y negó con su cabeza. Su rubio amigo siempre lo hacía sentirse especial.

Terminó de comer y salió de casa, despidiéndose del chico. Iba directo a su trabajo, iba a ser un día pesado.

✧✦✧

—¿Ya está todo listo?

—Si Nam, justo ayer reservé el sitio, es muy exclusivo así que no tendremos problemas —dijo Jin.

—Jungkook estará feliz de ver nuevamente a Yugyeom.

Los amigos del ojiazul creyeron que reunir a Jungkook con su crush iba hacer que el castaño se pusiera de buen humor, ya que en toda la semana lo vieron sin ánimos de nada y con mucha tensión y estrés acumulado.

Creyeron que ver al hombre que robó su atención hace unos años lo haría sentirse feliz.

Jungkook se encontraba en su oficina, no había tenido oportunidad de hablar con Kai ya que ni siquiera sabía cómo debía actuar.

Solo tenía en mente golpear al imbécil por haber lastimado al rizado, pero eso llamaría la atención, en especial la de sus dos mejores amigos a los cuales no sabría que responder el porqué su actitud.

Quería que Namjoon se encargara de darle la advertencia pero sabía que el morocho le pediría detalles los cuales él no estaba dispuesto a revelar.

No sabía siquiera explicar quién era Jimin, tampoco porque estaba defendiéndolo cuando él no hace eso, peor con los hombres de quienes ha compartido la cama solo por placer.

Giró sobre su silla, había llamado a su secretaria por el comunicador y le pidió que hiciera pasar a su oficina a Kai.

Estaba queriendo tener todo claro en su mente, la puerta se abrió y dejó ver al chico cabizbajo. Entró sintiéndose avergonzado.

—Yo lo siento, sé que puede despedirme y...

—Lo que hiciste es para que ahora mismo rompa tu rostro y te despida sin gozo de sueldo, pero no soy tan basura y el chico a quien agrediste tampoco lo es —habló interrumpiendo a su empleado—. Por mi ya estarías afuera de esta empresa pero, él fue tan amable que me dijo solo debía advertirte —sonrió al recordar al rizado.

Kai solo escuchaba atentamente, aún sentía celos pero sabía que no podía hacer nada.

—Señor...

—No he terminado de hablar —su voz hizo temblar un poco al chico, quien estaba sentado frente al escritorio—. No tienes idea a qué persona te atreviste a tocarle un cabello.

Jungkook sentía que estaba enfureciéndose de solo acordarse de ese instante. Cerró sus ojos, suspiró y colocó sus codos sobre la mesa y restregó su rostro con ambas manos.

—Te lo advierto ahora mismo, donde repitas esa escena me encargaré de hundirte, ¿quedó claro? —vio al chico asentir con su cabeza—. Además entre tú y yo no iba a pasar nada, tampoco va a suceder en el futuro, eres un buen empleado pero hasta ahí, yo cometí el error de buscarte por querer evitar lo que ya es imposible de negar.

Dicho eso, se levantó de su asiento, caminó hasta quedar frente a su escritorio en donde se apoyó, dejando un espacio corto entre él y Kai.

Lo veía detenidamente.

—Definitivamente, ninguno es como él —dijo.

Kai solo lo escuchaba, no se atrevía verlo a los ojos. Cuanto más escuchaba esas palabras de su jefe, rondando en su mente, más rencor y odio agarraba por el hombre que interrumpió su noche de ensueño en ese hotel.

Estaba odiando a Jimin solo por existir.

Jungkook estaba por decir algo pero la puerta de su oficina fue abierta, dejando ver a sus dos mejores amigos. La secretaria de Jeon ni siquiera se oponía, ya que el ojiazul había dado la autorización de que los únicos que podían entrar sin aviso son su madre y esos dos tipos que parecían traer algo entre manos.

—Ya te puedes marchar, no olvides lo que te dije y sigue las indicaciones al pie de la letra —habló, Kai salió de ahí despidiéndose con un simple: "Si señor, hasta pronto".

—¿Cargarás al muchacho con más trabajo? —preguntó Jin tomando asiento.

—Algo así —respondió, volviendo a su lugar.

—¿Por qué estaban tan cerca? Dime, ¿estás follando con él o esas son las intenciones? ¿Qué indicaciones le diste?

—Kim, deja de hacer películas en tu mente, nada de eso, solo son cosas de trabajo.

—Aburrido —se quejó el morocho—. Pero eso se acaba hoy, dejarás de hablar de trabajo esta misma noche.

—¿Si? —preguntó desinteresado.

—Mhum, iremos a cenar, algo tranquilo, ya sabes... comida y alcohol.

—Bueno Namjoon, es pésimo día para eso, es lunes y mañana trabajamos.

—No vamos a emborracharnos, solo iremos a cenar, ¿bien? Hace tiempo no salimos a hacer algo tranquilo, somos tus amigos y extrañamos estar contigo, siempre nos dejas por un culo donde meter tu pene.

Jungkook solo sonrió y arrugó sus cejas. Sus amigos a veces pueden ser demasiado exagerados. Resopló y no le quedó de otra más que aceptar.

—De acuerdo, tú ganas —su mirada se desvió a su otro amigo quien estaba evitando soltar una sonrisa—. ¿Jin qué haces?

—¿Qué? Nada.

—¿Ustedes dos planean algo? Tienen esas caras de idiotas.

—No tenemos cara de idiotas ahora —se quejó Jin.

—Tienes razón, Nam y tú tienen esa cara todo el tiempo.

Los tres sonrieron, podrían tener una buena noche.

✧✦✧

Jimin no podía creer su suerte.

Sabía que tenía que lidiar con Jeonghan pero durante el día, ya que él y otro de sus compañeros de trabajo serían los encargados de atender a los que habían reservado el lugar.

Pero de algún modo Jeonghan hizo que fuese él quien trabaje junto al rizado. Lo ha ignorado en todo el día, pediría que pongan a otro hacer su trabajo pero necesita el dinero y atender a los que hacen reservaciones, siempre dejaban buena propina y su jefe les daba un costo extra.

Así que, solo seguiría tratando de evitar al chico que ni siquiera le ha devuelto su bolso.

La jornada estaba pasando, ya pronto llegarían los ejecutivos adinerados, la mesa estaba lista porque era solo para cuatro personas.

Estaba en su posición, aún faltaban unos minutos para que se hiciera la hora en que llegarían dichos hombres.

Vio entrar a un hombre en traje quien caminó hasta donde estaba la chica quien era la encargada de hacer las reservaciones, pensó que tenía una cita ya que llevaba un hermoso ramo de flores.

Seguía en su puesto tratando de no pensar en Jungkook. Durante el día, estuvo sirviéndole a muchas personas, entre ellos, a parejas. Sonrió inconsciente al imaginarse en como sería tener una cita, en donde te lleven un ramo de flores como las que trae el chico que al parecer estaba caminando en su dirección.

Se incorporó mejor, reaccionando de inmediato. Se regañó mentalmente porque todos esos escenarios que imaginó solo lo hacían pensar en Jungkook.

—¡Hey! Disculpa... ¿podrías ayudarme? La señorita me dijo que tú estarías a cargo de atenderme esta noche.

—¿Usted es de la reservación de las 8:00 p.m, en nombre de Kim Seokjin? —Jimin leía en su libreta digital el nombre que le fue asignado, creyó haber leído o escuchado ese nombre antes pero en ese instante no recuerda de donde.

—Si, justamente.

—Entonces si, seré yo uno de los que está a sus ordenes.

—Gracias chico, si mira, traje estas flores, porque esta noche estaré con el hombre que quiero y es una sorpresa, ¿podrías traerlas cuando te haga una señal?

—Claro —tomó las flores viéndose muy sonriente, eran preciosas, miró al tipo frente a él y arrugó sus cejas, ¿lo había visto antes? Posiblemente llega al restaurante de vez en cuando y no lo recuerda.

Así que no le dio más importancia.

✧✦✧

—¿Están listos?

—Si, Jungkook, puedes seguirnos, de igual forma te envié la dirección del restaurante —dijo Jin.

Los tres salieron de la empresa, subieron a sus autos y llegaron al lugar.

Jungkook entró y se dejó guiar por los demás, su sonrisa se esfumó al ver a Yugyeom de pie esperándolos de brazos abiertos.

—¿Me pueden decir qué hace él aquí? —preguntó en voz baja.

—Es una sorpresa, vamos no te hagas Jeon, sé que estás feliz.

—Namjoon, creí que era una cena de amigos no que invitarías al chico que dice agua de forma incorrecta.

—Son acentos diferentes, no te agobies, además entre más conviven más rápido podrás llevarlo a la cama.

Jungkook suspiró y se calló al estar frente al chico, quien saludó a los demás primero y por último a él.

—¡Jungkook!

—Yugyeom...

—¿Todo bien? Creí estarías feliz de verme.

—No lo tomes personal, es solo cansancio, apenas salí del trabajo.

—Ven, siéntate —dijo el tipo, mientras le corría la silla—. Los chicos me dijeron que has estado muy ocupado.

—Si, mucho trabajo.

Jungkook no quería sonar grosero pero es que no quería estar cerca de Yugyeom. De algún modo, la compañía del chico ahora le incomodaba.

✧✦✧

—¿Vas a devolverme mi bolso?

—Ya te dije que está en mi casillero.

—El cual tiene llave, ¿podrías solo entregármelo?

—Antes dame un beso.

—Jeonghan por favor, solo dame mi bolso.

—Un beso y te doy el bolso, es más, si me dejas tocarte prometo jamás molestarte.

—Eres un idiota.

Jeonghan estaba por responder algo más pero una tercera voz interrumpió.

—Ya llegaron los demás, comiencen a atenderlos.

Jimin escuchó a su supervisor, estaba cansado pero pensar en el dinero lo hacía moverse.

Salió de la cocina y se dirigió a la mesa, trataba de olvidar que tenía de compañero a un imbécil y que en su mente solo andaba paseando Jungkook.

De tanto que lo ha pensado creyó estar alucinando y fue cuando todo hizo clic en su cabeza.

Claro que había escuchado el nombre de Kim Seokjin antes, aunque no sabía quien de ellos era, se acordó que era uno de los mejores amigos de Jungkook.

Y por supuesto, el hombre de las flores es con quien Jungkook estaba en ese bar, en ese baño.

Algo amargo se instaló en su estómago, respiró hondo y llegó hasta la mesa fingiendo bastante bien.

—Buenas noches caballeros, ¿desean ordenar ya?

Jungkook al escuchar la voz del rizado abrió sus ojos, estaba tomando agua y escupió todo sin poder controlarlo.

¡Mierda!

—¿Estás bien Kook? —preguntó Yugyeom.

—Jeon, ¿qué pasa contigo? —cuestionó Jin.

Namjoon tan solo se había quedado observándolo.

—¿Está bien señor? —habló Jimin queriendo sonar tranquilo y no echarse a reír delante de ellos.

—Si si, yo, solo fue un mal trago, lo siento, mmm —Jungkook no se atrevía a ver a los ojos a Jimin.

Por alguna razón escucharlo de repente después de estar pensando en él una semana entera lo tomó por sorpresa.

Los dos estaban disimulando que ya se conocían, los dos trataban de no correr a los brazos del otro y besarse sin parar.

Querían sentirse pero eran orgullosos y más que eso, estaban asustados de esos sentimientos que han estado naciendo en su interior.

Sentimientos que han querido evadir desde sus malas experiencias.

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